viernes, 6 de enero de 2017

Tribuna de Baltasar Garzón: “Lo de Trillo es una indignidad”

El embajador de España en Reino Unido, Federico Trillo.Hoy, en momentos aciagos, cuando el Consejo de Estado de forma demoledora establece que el accidente del Yak 42 podría haberse evitado si los responsables de Defensa hubieran velado por sus hombres, se oculta en forma cobarde de aquella responsabilidad que le persigue desde que arteramente se desentendió, haciéndola recaer en otros, de su responsabilidad en el siniestro del Yak 42.
Pero a pesar de la contundencia del dictamen, el PP y su presidente a la cabeza han salido a la palestra, como ya hicieran en el caso Gürtel en febrero de 2011, para amparar a su compañero. “Eso ya está sustanciado judicialmente”, ha manifestado Rajoy de forma escueta y, como acostumbra, ha aclarado que “eso” “pasó hace muchísimos años”. Ergo, en la filosofía mariana, el problema y por ende la responsabilidad, ya no existen.
El embajador de España en Reino Unido, Federico Trillo Federico Trillo es un curioso y conspicuo personaje de sobra conocido por su capacidad de maniobra en el terreno político o en el que se tercie; por el calibre de sus “valores profesionales”, que le han llevado incluso a conseguir plaza en una de las principales embajadas europeas, la de Reino Unido, sin tener relación alguna con la carrera diplomática y por el respeto profundo que imponen sus conocimientos (es decir, lo que se supone conoce) en sus correligionarios del Partido Popular, Rajoy incluido.
Todo eso es sabido. Trillo se ha movido siempre entre las sombras donde el desmedro se hace virtud y la traición, hábito. Por supuesto, en casi la totalidad de las ocasiones ese actuar sinuoso provoca cierta reverencia peligrosamente próxima o quizás temor por lo que calla. Y por lo que resuelve.Hoy, en momentos aciagos, cuando el Consejo de Estado de forma demoledora establece que el accidente del Yak 42 podría haberse evitado si los responsables de Defensa hubieran velado por sus hombres, se oculta en forma cobarde de aquella responsabilidad que le persigue desde que arteramente se desentendió, haciéndola recaer en otros, de su responsabilidad en el siniestro del Yak 42.
Pero a pesar de la contundencia del dictamen, el PP y su presidente a la cabeza han salido a la palestra, como ya hicieran en el caso Gürtel en febrero de 2011, para amparar a su compañero. “Eso ya está sustanciado judicialmente”, ha manifestado Rajoy de forma escueta y, como acostumbra, ha aclarado que “eso” “pasó hace muchísimos años”. Ergo, en la filosofía mariana, el problema y por ende la responsabilidad, ya no existen.

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