Una familia de Zaragoza pleitea por la vía civil para sacar los restos de dos parientes del monumento franquistaIn English: Court mulling first exhumation at Valley of the Fallen 21 SEP 2015 - 23:33 C
La Cruz de los Caídos, vista desde la hospedería. / Claudio Alvare La primera exhumación de fusilados del bando republicano enterrados en el Valle de los Caídos está sobre la mesa de la justicia. Purificación Lapeña Garrido, nieta y sobrina nieta de dos fusilados por el franquismo en la zona de Calatayud (Zaragoza) en las primeras semanas de la Guerra Civil, y supuestamente enterrados en el monumento de El Escorial (Madrid), ha recurrido a la vía civil —una fórmula inédita hasta ahora— para recuperar los restos de sus parientes. Por primera vez, el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de El Escorial ha tomado declaración a los familiares de las víctimas como paso previo para decidir si autoriza la exhumación de los restos.“Trabajaban de sol a sol, a pico y pala, casi sin alimentación y recibían palizas constantes”. Así resume el profesor de Antropología Social de la Universidad de Sevilla, Ángel del Río, la vida en los campos de concentración del franquismo.
De los 188 centros donde se recluyó a medio millón de esclavos del
franquismo en España cada vez quedan menos vestigios. Ese era el
objetivo: borrar la memoria. La represión fue física, psicológica e
ideológica, tanto para los presos como para sus familias. Miles de
españoles trabajaron gratuitamente y casi sin comida para obras públicas y particulares
de sus captores intentado eludir la muerte. Otros no lo consiguieron y
fueron fusilados en los patios. El Grupo de Trabajo Recuperando la
Memoria Histórica de CGT-Andalucía se reúne este martes de septiembre
con el Ayuntamiento de Sevilla para rescatar del olvido
el centro del que fue promotor junto al puerto así como otros complejos
de represión franquista, como la cárcel de Ranilla. Así eran y esta era
la vida de sus presos:
“Nos daban cuatro o cinco algarrobas para desayunar, un pescado hervido
para comer y ya está, ya no había más. (...) Hubo muertos y el médico no
sabía qué pasaba”, relató José Custodio Serrano, uno de los
supervivientes, en un trabajo de Ángel del Río, quien ha coordinado, dirigido y publicado numerosas investigaciones sobre la represión franquista.
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