Un grupo yihadista fiel al Estado Islámico afirma haber atentado contra la aeronave
Las autoridades rusas evitaban ayer pronunciarse sobre las causas de que se estrellara el Airbus 321 de la compañía rusa Kogalymavia en la península egipcia del Sinaí, donde actúan grupos insurgentes armados. No obstante, los responsables rusos se mostraban escépticos ante la hipótesis de que el aparato hubiera podido ser derribado. Las dos cajas negras han sido recuperadas.
En el vuelo KGL-9268, que despegó a las 5.51 de la mañana (una hora menos en la España peninsular), viajaban 224 personas, todas las cuales perecieron. De ellas, entre 17 y 24, según las fuentes, eran niños, y siete formaban la tripulación al mando de un experto piloto con 12.000 horas de vuelo. Las víctimas son ciudadanos rusos con excepción de tres ciudadanos de Ucrania y uno de Bielorrusia.
El vuelo KGL-9268, un Airbus 321 de la compañía aérea rusa Kogalymavia procedente de la localidad egipcia de Sharm el Sheij debía aterrizar en San Petersburgo a las 12.20 (dos horas menos en España) y esta hora de llegada figuró en los tablones de anuncios del aeropuerto de Púlkovo hasta las doce de la mañana, cuando la información desapareció y con ella, las últimas esperanzas de que la catástrofe pudiera no ser una realidad.
En el avión, que realizaba de esos vuelos chárter de fin de temporada, iban 224 personas, de ellas 200 pasajeros adultos, 17 niños y 7 miembros de la tripulación.
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