La dirigente dice que volvería a proponer una ponencia para la paz apoyada por EH Bildu
Se disculpa ante "las víctimas que no hayan entendido lo que he hecho"
La crisis que ha llevado a la dimisión de Arantza Quiroga tiene raíces políticas y organizativas anteriores, pero se agudiza tras la sesión de control del Gobierno de Euskadi celebrada del 2 de octubre. Ese día, la presidenta del PP vasco planteó al lehendakari la necesidad de desbloquear la ponencia de paz y convivencia, paralizada por falta de acuerdo entre la mayoría de los grupos y el de la izquierdaabertzale sobre el suelo ético que todos debían asumir y que incluía la condena de toda la trayectoria de ETA. Propuso para ello unareformulación de las bases de dicha ponencia que facilitara la integración en la misma del grupo de EH Bildu. Quiroga invocó en favor de su iniciativa las novedades que creía percibir en un artículopublicado la víspera en El Correo y firmado por dirigentes de la izquierda abertzale encabezados por el presidente de Sortu, Hasier Arraiz.
Era un artículo muy retórico pero en el que podía leerse que “a nuestros hijos e hijas les contaremos que la violencia es siempre el peor camino. Incluso cuando uno piensa que no hay otra vía”. Idea similar a la que había defendido Mario Onaindía durante sus últimos años de vida. Quiroga y un grupo reducido de dirigentes redactaron una moción que incluía como novedad la sustitución de la expresión “condena del terrorismo” por “rechazo expreso de la violencia”. Aunque en el último momento se introdujo una mención a la “deslegitimación definitiva del terrorismo”, lo que equivalía según sus impulsores a condena de ETA, el texto fue interpretado dentro y fuera del partido como una concesión. Lo que forzó su retirada. Con una explicación confusa: que los abertzales estaban presentando la propuesta como una victoria propia.
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