“¿Todavía no ha visto la película? Déjeme que se la cuente. Hay un personaje que se llama Ham Yoyo... y no soy yo”. Así arranca la entrevista con una de las mayores estrellas de Hollywood, Harrison Ford (Chicago, 1942), por la película más esperada del año. Y de varias décadas: La guerra de las galaxias. Episodio VII: El despertar de la Fuerza. El actor se burla porque puede: él ya conoce un secreto que el resto de los mortales no podrá desvelar hasta el estreno el próximo 14 de diciembre en Los Ángeles y cuatro días después en el resto del mundo.
En Ford, lo raro no es que haya visto ya la película en la que vuelve al papel que le dio la fama, el del sarcástico y humano Han Solo. Lo extraño es que alguien tan huraño se ría. Puede que haya cosas que mejoran con el tiempo y, finalmente, el actor, a sus 73 años, haya aprendido a burlarse de sí mismo.
Pregunta. ¿Por qué regresa a Han Solo? Usted ha renegado en diversas ocasiones de él y no necesita el dinero.
Respuesta. Acepté la oferta porque el guion es tan bueno como el personaje. Porque se trata de un director magnífico a quien admiro y que además es amigo. Llevaba tiempo sin trabajar y buscaba algo que hacer. En resumen, fue un placer. Ya sé que no es lo que dije hace 25 años, cuando me había cansado de este tipo. Pero esto es como la ropa que dejas aparcada en el armario durante un tiempo, te la pones de nuevo y descubres que no solo encajas en ella, sino que te gusta. El traje de Han Solo aún me sienta bien P. Sin irnos a galaxias lejanas, ¿quiénes son los Darth Vader de nuestro planeta?
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