"Frente al intento de neutralizar la Asamblea, hay que actuar", afirma Ramos Allup Henry Ramos Allup, un veterano para retar al oficialismo Caracas 10 ENE 2016 - 15:11 CET
El chavismo prometió en 1999 que barrería de la faz de la política venezolana a Acción Democrática, el partido donde milita el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup (Valencia, Venezuela, 1943), y a sus más conocidos dirigentes. No cumplieron. Al Parlamento ha vuelto un orador elocuente y provocador, el perfecto adversario para el régimen. “Mi caja de velocidad no tiene reversa. Siempre voy hacia adelante”, dice.
En la memoria de muchos venezolanos quedó impresa la imagen de Henry Ramos Allup, a altas horas de la noche en una transmisión por cadena nacional de radio y televisión desde el palacio presidencial de Miraflores, en abril de 2014: entonces —en medio de los disturbios que se producían en distintas ciudades del país, y bajo los auspicios del Vaticano y de Unasur— una delegación de la MUD había sido invitada a debatir con representantes del Gobierno venezolano. Después de largos preámbulos a cargo de funcionarios, incluyendo al presidente Nicolás Maduro, tocó el turno a Ramos Allup. Avisado por el moderador, el vicepresidente Jorge Arreaza, de que se le acababa el tiempo para intervenir, no dudó en espetarle al también yerno del comandante Hugo Chávez una advertencia: “No me toque la campana”. Ramos terminó de hablar cuando quiso.
Abogado, oriundo de la ciudad de Valencia (capital del Estado de Carabobo, centro del país) de 72 años de edad, lleva 15 años mandando con mano de hierro —y escasos escrúpulos, según sus críticos— en Acción Democrática desde su secretaría general, casi tantos como los del régimen revolucionario.
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