El expresidente de la Diputación de Castellón y del PP provincial, Carlos Fabra, ha ingresado esta tarde en la prisión de Aranjuez (Madrid). Lo ha hecho en cumplimiento de
la sentencia que le condenó, hace un año, a una pena de cuatro años de cárcel por otros tantos delitos fiscales, como culpable de cuatro fraudes que ascienden a cerca 700.000 euros a Hacienda, cometidos entre 1999 y 2003.
Once años después de que estallara el llamado caso Fabra, su principal inculpado, en otro tiempo todopoderoso Fabra, ha entrado en la cárcel después de que este no pudiera justificar el origen de 3,3 millones de euros ingresados en sus cuentas y en las de entonces su esposa, María Amparo Fernández. La condena le obligaba además a abonar casi 1,4 millones de multa e indemnización.
La forma de operar del matrimonio fue calificada por un perito de Hacienda como “la primera que se incluye en los
manuales de estudio de afloración de dinero negro”, tal como expuso durante el juicio. El
caso Fabra comenzó con la denuncia de un empresario que le acusó de cobrarle cantidades millonarias a cambio de favores políticos. La Audiencia de Castellón consideró no probados ni el tráfico de influencias ni el cohecho de los que también estaba acusado pero sí dictó la comisión de cuatro fraudes fiscales
En nueve meses, Carlos Fabra podrá comenzar a pedir permisos pero debería cumplir en prisión, al menos, tres años, el triple de la pena por cada uno de los fraudes fiscales cometidos.
Fabra rechazó recurrir en súplica su ingreso en prisión después de que el Gobierno le denegara el indulto. Aún tiene pendiente la resolución del recurso de amparo presentado ante el Tribunal Constitucional aunque la tramitación de este no suspende el cumplimiento de la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario