domingo, 2 de agosto de 2015

El parricida telefoneó a su exmujer para decirle que iba a matar a las niñas

El supuesto asesino utilizó una sierra radial para cortarles el cuello Un hombre degüella a sus hijas de 4 y 9 años para vengarse de su exesposa   1 AGO 2015 - 23:13 CEST














David Oubel, el hombre acusado de matar a sus dos hijas de cuatro y nueve años en Moraña (Pontevedra), telefoneó a su exesposa, Rocío Vieites, para comunicarle lo que iba a hacer. La mujer se desmayó en medio de la calle y a duras penas pudo alertar a la Guardia Civil. Cuando llegaron los agentes a la casa, encontraron al parricida encerrado en el cuarto de baño y a sus dos hijas degolladas, presuntamente con una sierra radial que el doble homicida había adquirido unos días antes. El juez le envió ayer a prisión.
La investigación del brutal asesinato de las dos hermanas de 4 y 9 años a manos de su padre ha revelado que este empleó una máquina rebarbadora (sierra angular) para cortar el cuello a sus hijas. Oubel, de 40 años, compró la herramienta dos días antes en una ferretería.
Uno de los sanitarios que acudió al escenario de los crímenes relató que el cadáver de la pequeña de cuatro años estaba en una cama, cubierto, mientras debajo, en el suelo, sólo se veían las piernas de la mayor, en una posición que los investigadores interpretan que pudo intentar huir, según personas allegadas a la familia de la madre.
 Las constantes fiestas que David organizaba en su casa acabaron hace tres meses en un altercado y una denuncia en la Guardia Civil. Los ruidos y la música alta eran un motivo constante de discusión entre él y el vecindario. Un día le exigieron que bajara la potencia, pero él no hizo caso. Entonces le arrancaron un fusible. David avisó a un electricista pensando que tenía una avería, y cuando el técnico le confirmó que alguien había manipulado la corriente avisó a los agentes y luego los vecinos acabaron denunciándole.

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