sábado, 1 de agosto de 2015

Nicolás Maduro intensifica la guerra contra el sector alimentario

Tres locales son asaltados en la ciudad suroriental de San Félix por personas desesperadas ante la falta de alimentos básicos Caracas 1 AGO 2015 - 04:47 CEST

  Los vídeos aficionados que muestran las largas filas frente a los supermercados en Venezuela son casi moneda corriente en las redes sociales, pero este jueves el caos se profundizó en la ciudad suroriental de San Félix, en el estado Bolívar, la sede de las industrias estatales del hierro y el aluminio. En la mañana se corrió el rumor de que a un local comercial regentado por chinos, llamado Uniferias, ubicado en la avenida Manuel Carlos Piar, habían llegado productos de la cada vez más escasa cesta básica. La turbamulta se agolpó a las puertas del local para intentar hacerse de las escasas provisiones y los encargados decidieron cerrar. Y allí empezó la lo

Las imágenes muestran a varios hombres encaramados en las rejas del local intentando forzar la puerta. Algunos paquetes vuelan por los aires mientras la gente grita con afán. El supermercado fue saqueado por completo. A pocas cuadras de allí, en un callejón lateral del barrio Vista al Sol, fallecía un hombre identificado por las autoridades como Gustavo Patinez, albañil y padre de un menor de cuatro meses. Fue el clímax de una jornada que había empezado desde las primeras horas de la mañana por protestas por las fallas en el transporte público y que se saldó con tres comercios totalmente saqueados –Comercial Victoria, Comercial Uniferia y Comercial Vista Mundo- y otro –Comercial Progreso y Fortuna- con daños parciales.
Al principio de la tarde venezolana, el gobernador de esa provincia, Francisco Rangel Gómez, confirmó la noticia y anunció además la detención de 27 personas. Más tarde el número de aprehendidos por la policía había subido hasta sesenta, según confirmó a este diario Clavel Rangel, periodista del diario local Correo del Caroní.

El Gobierno sostiene que la protesta siguió las directrices de sus adversarios políticos
Rangel Gómez desestimó que fuese una protesta espontánea, sino que siguió directrices de sus adversarios políticos. “No hay excusa para que esto suceda, el pueblo no tiene hambre, solo quieren sabotear”, expresó el gobernador en un programa de entrevistas transmitido por el canal Globovisión.
Después de los hechos, que casi no fueron reseñados en directo por los medios audiovisuales, la mayoría de los comercios de la ciudad vecina de Puerto Ordaz, que junto a San Félix son parte de Ciudad Guayana, cerraron sus puertas por temor a nuevos saqueos. Hubo intentos de saquear la sede del supermercado Bicentenario, de propiedad estatal, en la urbanización Altavista. La ciudad permanecía en calma al principio de la noche, con algunas panaderías y licorerías abiertas, y sin presencia militar en las calles, aunque el tránsito en la avenida Manuel Carlos Piar permanecía restringido.
El presidente Nicolás Maduro lamentó el hecho, también culpó a sus opositores de incitar a la violencia y los acusó de estar detrás de la organización de actos similares en otras regiones del país.


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