martes, 25 de agosto de 2015

La crisis de la frontera se vuelve un problema político para Colombia

Las críticas por la gestión del presidente Santos arrecian mientras el número de deportados desde Venezuela se aproxima a los 1.000 Bogotá 25 AGO 2015 - 20:13 CEST

 http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2015/08/25/actualidad/1440521630_582040_1440522050_noticia_normal.jpgLa crisis abierta por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, al decretar el estado de excepción y cerrar parte de la frontera con Colombia se ha vuelto un problema político para su homólogo Juan Manuel Santos. Su decisión de apostar por la vía diplomática y el diálogo le ha comenzado a generar críticas internas, entre los que le reclaman más firmeza ante las provocaciones del líder venezolano y una mayor presencia institucional del Estado en la frontera, donde ayer ya habían llegado cerca de 1.000 personas entre deportadas y repatriadas.

El Gobierno colombiano no parece haber calibrado la imprevisibilidad de Maduro. El presidente venezolano decidió el pasado miércoles cerrar parte de la frontera durante 72 horas, después de que tres militares venezolanos resultaran heridos en un incidente en San Antonio del Táchira, atribuido por el Gobierno de Caracas a paramilitares colombianos y contrabandistas. Bogotá criticó la medida, pero sin levantar demasiado la voz; lo asumió como algo pasajero, como otro intento más de Maduro por buscar un enemigo externo para desviar la atención ante la crisis económica e institucional que vive el país.
Lejos de apaciguarse, la situación ha empeorado desde que el viernes el mandatario venezolano decretase el estado de excepción, suspendiese las garantías constitucionales en cinco municipios fronterizos –el lunes lo amplío a un sexto- y haya vaticinado un “proceso duro y largo” para reabrir la frontera. Con cerca de 1.000 personas deportadas y repatriadas, caso de los menores de edad, al Gobierno colombiano no le ha quedado más remedio que empezar a hablar de “crisis humanitaria”.
 La cauta postura de Santos, sin embargo, le ha terminado por generar críticas dentro de Colombia. Diversos sectores, encabezados por la oposición del expresidente y senador Álvaro Uribe, le reclaman mayor firmeza ante las declaraciones de Maduro y una mayor presencia institucional en la frontera.

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