La auxiliar sanitaria contagiada y curada del ébola critica la "nefasta" gestión política
- Los médicos al darle el alta: “No sabemos qué curó a Teresa”
- Más delgada y muy emocionada, Teresa Romero ha comparecido este mediodía ante los medios de comunicación para "dar las gracias" al equipo sanitario que la atendido en el hospital Carlos III. Allí ha pasado casi un mes ingresada y 25 de esos días en completo aislamiento hasta que hoy, completamente libre del virus del ébola y restablecida de sus problemas de salud, ha sido dada de alta. Los compañeros de la auxiliar de enfermería la han recibido entre aplausos y vítores, y ella se lo ha agradecido: "Pese a la a veces nefasta dirección política, son capaces de obrar milagros, y yo soy uno de ellos".
Romero ha asegurado que no guarda "rencor ni reproche" a nadie. No ha hecho mención a las declaraciones del consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, que la acusó de mentir, ni al sacrificio de su perro Excalibur --después ha sido su marido, Javier Limón, quien lo ha calificado de "ejecución"--. Tampoco ha entrado a explicar cómo cree que pudo contagiarse ni a valorar la gestión que las autoridades sanitarias hicieron de su caso. "Yo no sé lo que falló; ni siquiera sé si algo falló", ha señalado.
Ahora que sabemos que
Teresa Romero está libre del
virus del ébola y que nadie me va acusar de frívolo, no quiero dejar de manifestar mi indignación por la incompetencia y falta de sensibilidad de las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid que ordenaron el
sacrificio del perro Excalibur. No había, no hay ninguna razón para ello.
Lo sabíamos y se ha demostrado claramente con el caso de Bentley,el perro de Nina Pham, la persona infectada por el virus del ébola en Texas.
Tampoco es verdad que lo que han hecho en Estados Unidos no estuviera al alcance de la sanidad española o fuera un dispendio exagerado. Ha sido una cuarentena normal, correcta y que cualquier país medianamente avanzado puede realizar, y unas pruebas diagnósticas rutinarias. Hay que felicitar al departamento de Control Animal de la ciudad de Dallas y a la facultad de Veterinaria de la Universidad de Texas A&M por este trabajo bien hecho. Como se esperaba, los últimos análisis han demostrado que Bentley no está infectado y no elimina virus. Como veterinario, entiendo y comparto el dolor de Teresa Romero y siento vergüenza por actuaciones de este tipo.
Creo sinceramente que alguien debería pedir disculpas y asumir responsabilidades por este triste desenlace.— Lluis Ferrer
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