Las mutuas ganan margen para instar a médicos e inspectores el alta de los trabajadores
Se elimina la necesidad de renovar las bajas cada semana
- Coches de lujo, dietas, marisco y viajes con cargo a la Seguridad Social. Madrid 18 JUL 2014 - 20:56 CEST
- En el centro, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con la ministra de Fomento, Ana Pastor, a la izquierda, y la responsable de Empleo, Fátima Báñez. / ÁLVARO GARCÍA
Las mutuas podrán controlar las bajas de los trabajadores desde el primer día. Ya no tendrán que esperar hasta decimosexto, como ocurre ahora. Podrán llamar al trabajador, citarle a revisión y emitir propuestas de alta que los servicios públicos de salud y la Seguridad Social deberán responder en un máximo de nueve días. Es uno de los cambios que figuran en el proyecto de Ley de Mutuas que el Consejo de Ministros ha aprobado este viernes y que tiene visos de convertirse en fuente de conflicto con sindicatos, sociedades médicas y asociaciones de inspectores, que están en contra de la reforma.
La nueva normativa modifica la gestión de la incapacidad temporal (IT), de forma que las mutuas ganan poder en detrimento de los médicos de atención primaria y los inspectores de los servicios de salud. En la práctica, serán las mutuas las que supervisen el trabajo de los funcionarios públicos, denuncian médicos e inspectores. El Ministerio de Empleo ha retirado la controvertida “alta presunta” que aparecía en los primeros borradores y que provocó el enfado de estos profesionales —las mutuas podían dar de alta al trabajador por silencio administrativo, es decir, si el médico no les contestaba en cinco días—, pero el cambio no ha conseguido que apoyen el texto.
“Se está controlando externamente al sistema sanitario por una prestación que, aunque pagan las mutuas, es esencialmente sanitaria”, opina José María Morán, vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Inspección de Servicios Sanitarios (Faiss). “Están poniendo a vigilarnos a médicos contratados por las mutuas, que no sabemos qué titulación tienen y que van a decidir en visitas de 20 o 30 minutos sobre pacientes a los que nosotros conocemos de toda la vida”, asegura Isidoro Rivero, vicepresidente tercero de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).
Si la mutua considera que el trabajador “podría no estar impedido para el trabajo” formulará una propuesta de alta a la inspección médica de los servicios de salud, que tiene cinco días para contestar. Si no lo hace, la mutua puede recurrir a la Seguridad Social, que tendrá otros cuatro días. Plazos “claramente insuficientes”, según médicos e inspectores, que sin embargo valoran positivamente otro de los cambios: se elimina la necesidad de hacer partes de confirmación de baja semanales. Si el problema de salud se prevé que tenga larga duración (más de 61 días), la confirmación se hará cada 35 días, lo que evita burocracia en los centros de salud y visitas innecesarias de los pacientes o sus familias. Las bajas con duración estimada de menos de cinco días tendrán parte de baja y alta en la misma visita. "Menos burocracia.; Los médicos de familia calculan que destinan un 40% de su tiempo a gestionar papeleo. Parte de esa burocracia corresponde a la gestión de la incapacidad temporal (IT) por enfermedad, que hasta ahora obliga a emitir partes de confirmación de las bajas cada semana. Y esto es así tanto si la baja se prevé de corta duración (una gripe, por ejemplo) como si se trata de una fractura de tibia y peroné. La reforma de la gestión de las bajas era una demanda histórica del colectivo, y por fin, gracias al Real Decreto que este viernes ha aprobado el Consejo de Ministros junto con la Ley de Mutuas, se va a acometer.
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