sábado, 24 de enero de 2015

La policía sospecha que una gran red de narcos tiene conexión con el yihadismo

Cien detenidos, 22 toneladas de hachís incautadas ,dos millones de euros y armas de guerra 

Madrid 23 ENE 2015 - 21:12 CET

Decenas de fardos de hachís decomisados a una gran organización que servía a redes de toda Europa.

Estaban organizados como células terroristas, manejaban armas de guerra procedentes de Libia y, aunque “vivían miserablemente”, movían toneladas de hachís y millones de euros al mes por toda la geografía española. Tras dos años de investigación, 100 detenidos (la mayoría hombres magrebíes), 22.101 kilos de hachís incautados y dos millones de euros en efectivo interceptados, la pista del dinero se pierde en Marruecos. Los investigadores de esta macroperación, llevada a cabo por la sección de estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial de Madrid en colaboración con otras unidades y comisarías de España y de Francia y Marruecos, sospechan que la enorme red criminal —que funciona desde hace al menos cinco años— pertenece a una organización aún más grande asentada en el Magreb. La policía investiga si el dinero obtenido por el tráfico de drogas fue utilizado para financiar a células yihadistas. Según fuentes de la investigación, hay indicios de contactos entre la red desmantelada con un líder religioso musulmán de Andalucía, conocido por su radicalismo.
La pista del dinero se pierde en Marruecos, en una organización mayor
La red era doble y tenía innumerables ramificaciones por todo el país. Se han producido detenciones e incautaciones en Madrid, Badalona (Barcelona), Burgos, Baza (Granada), Los Barrios (Algeciras), Guadalajara, Alhaurín el Grande (Málaga), Lucena (Córdoba) y Ceuta.
Entre los objetos y las armas incautadas a los detenidos en la Operación Nessi destacan dos fusiles de asalto utilizados habitualmente en conflictos bélicos. Se trata de un Kaláshnikov AK-47 y de un arma americana, Colt M4, que ha sorprendido especialmente a los agentes por ser la primera vez que es interceptada en España. De hecho, la ATF, la agencia norteamericana que investiga el tráfico de armas, se ha interesado por el origen de ese fusil, que suele ser utilizado por unidades policiales de élite y que está diseñado para el combate en espacios cerrados, tripulaciones de unidades móviles y aéreas, paracaidistas y operaciones militares especiales. Según fuentes de la investigación, esas armas de guerra proceden supuesta mente de Libia. P.O.P

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