Piras funerarias masivas para honrar a las víctimas del seísmo de Nepal
- VÍDEO El día a día después del terremoto 30 ABR 2015 - 21:24 CEST
- Nepalíes transportan el cuerpo de una víctima del seísmo en Katmandú el miércoles 29. / C. MCGRATH (GETTY) El humo de las piras funerarias rodea el templo de Prashupatinath, en las afueras de Katmandú. Sus sacerdotes normalmente ofician una veintena de ritos mortuorios al día. El terremoto del sábado que ha dejado más de 5.000 muertos ha multiplicado esta cifra, hasta el punto de que ya han perdido la cuenta. Apenas terminada una cremación, las cenizas se entregan rápidamente al río Bagmati. Hay otro cuerpo esperando.
- En una hora se han acumulado una decena de cadáveres. Uno de ellos es el de Suklal Bika, de 19 años, que deja una viuda de 18 años, Bimala, una hija de 11 meses y otro bebé en camino. Había acudido a pedir empleo a un hostal cuando el terremoto derrumbó el edificio y quedó sepultado. Un equipo de militares nepalíes recuperó su cuerpo cerca de la estación de autobuses de Gongabu. Por falta de identificación, permaneció en la morgue durante tres días hasta que un soldado activó el teléfono del muchacho y contactó con su familia.
- El servicio no es gratuito. Los sacerdotes pueden cobrar cerca de 1.000 rupias nepalíes, o unos nueve euros. Hay que pagar la leña, y el uso de la plataforma. También a aquellos que llevan el cuerpo hasta la pira. El servicio completo puede costar cerca de 5.000 rupias. Es una suma muy alta para Bimala Bika, la joven viuda, a la que espera un futuro incierto. “No tiene educación formal. Si fuera un hombre, podría emigrar a Qatar o a Dubai, a los países del Golfo. Pero como mujer no tiene esa posibilidad. Quizás pueda colocarse de trabajadora en alguna granja”, afirma Khum Raj Bika, de 30 años y tío de la mujer.
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