El tribunal ratifica la sentencia contra Mohamed Badie y a otros 13 miembros del grupo por incitación al caos y la violencia Madrid 11 ABR 2015 - 11:23 CEST
La Fiscalía en Egipto ha procesado a una veintena de periodistas de la cadena árabe Al Yazira por graves cargos relacionados con actividades terroristas. Entre ellos, figura el conocido reportero australiano, Peter Greste, arrestado junto a dos productores egipcios del canal en inglés de Al Yazira el pasado mes de diciembre. La decisión representa una importante escalada en el acoso a la prensa por parte del régimen egipcio salido del golpe de Estado que derrocó al ex presidente islamista Mohamed Morsi en verano.
Esta es la primera vez que se imputa a periodistas por cargos de terrorismo en base a la designación oficial en diciembre como "organización terrorista" de los Hermanos Musulmanes, el movimiento político al que pertenece Morsi y que se impuso en las primeras elecciones libres tras la revolución. De los veinte acusados, sólo ocho se encuentran bajo custodia policial. El auto de la Fiscalía sostiene que los 16 periodistas egipcios forman parte de un "grupo terrorista", y que los cuatro extranjeros —un australiano, Greste, un holandés y dos británicos— les asistieron en la "manipulación" de noticias en beneficio de dicho grupo.
El Gobierno egipcio, apadrinado por el Ejército, ha acusado de forma reiterada a Al Yazira de ofrecer una información sesgada a favor de los Hermanos Musulmanes, y ha tratado de impedir sus emisiones desde el país árabe. Inmediatamente después del golpe, fueron clausuradas las oficinas de la cadena catarí en Egipto, y detenidos varios de sus periodistas, si bien la mayoría fueron puestos en libertad. El régimen de Catar, sede de la cadena, estableció una estrecha alianza con la Administración de Morsi, a la que ofreció asistencia económica por valor de 5.000 millones de dólares.
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