Pese a la dramática situación de Grecia, el Gobierno es reticente a reducir gasto militar
- La OTAN, preocupada por una posible salida de Grecia del euro Atenas 7 JUL 2015 - 21:20 CEST
- A últimos de junio, cuando el acuerdo entre Grecia y los socios parecía a punto de firmarse, flotaba sobre la mesa de negociaciones un disenso que, por su cuantía, parecía insignificante: las instituciones europeas demandaban un recorte de los gastos militares de 400 millones de euros, mientras que Atenas sólo se declaraba dispuesta a ahorrar 200. No fue la única diferencia entre ambas partes —las que frustraron la firma del acuerdo atañían al IVA y las pensiones—, pero sí la más llamativa, pues revela la importancia que reviste para el Gobierno griego —cualquiera, de cualquier signo político— la inversión en Defensa. El que dirige Alexis Tsipras no es una excepción.
La OTAN, preocupada por una posible salida de Grecia del euro El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha minimizado la parte de responsabilidad que el presupuesto militar, y en especial la contribución a la Alianza, tiene en la crisis griega. “Los gastos en Defensa no son la causa de los problemas de Grecia. Los problemas son mucho más complicados que el hecho de que el país haya aceptado mantener sus compromisos” de financiación de la OTAN, aunque reduciendo de manera progresiva su participación en misiones multinacionales desde que empezó la crisis, dijo Stoltenberg . “Grecia es y será miembro de la OTAN”, añadió, subrayando el papel fundamental del país en el sur de Europa y, sobre todo, en la estabilización de los Balcanes. Pese a la adopción por parte del Gobierno de Alexis Tsipras de una política exterior multilateral en la que Atenas ha intensificado las relaciones con Moscú, “ha sido y sigue siendo un socio de confianza”, enfatizó. Stoltenberg admitió que una salida del país del euro constituye “una preocupación real” para la Alianza.
- —a empresas alemanas y francesas, sobre todo— era un negocio tan jugoso que alentó numerosos casos de corrupción de los que pocos acabaron en los tribunales, como el del exministro socialista de Defensa Akis Tsojatzópulos, en la cárcel por cobro de sobornos y lavado de dinero. Ese dispendio, sin embargo, se ha convertido en un modesto monto de 428 millones cada uno de los últimos tres. La mayor partida son los gastos de personal, el 50% del total (el 70%, antes de la crisis), según el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
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