sábado, 27 de junio de 2015

EE UU señala a España por el “maltrato” a solicitantes de asilo












  • Resulta bastante evidente que los mares unen y dividen al mismo tiempo. El Mediterráneo apenas cubre un 1% de la superficie marítima del planeta, y es largo a la par que estrecho. Su relativa pequeñez lo ha convertido en un mar fácil de cruzar y en un punto de encuentro entre las civilizaciones de tres continentes: Europa, Asia y África. Sin embargo, su historia no ha sido la de un contacto continuo entre las diferentes orillas: tras la caída del Imperio Romano en Occidente, el contacto entre el este y el oeste del Mediterráneo, y también entre el norte y el sur, se vio muy reducido. Aquel también fue un periodo en el que la emigración masiva cambió el rostro del Mediterráneo: un pueblo germánico, los vándalos, llegó hasta Cartago, en el norte de África, mientras España y Portugal eran colonizadas por pueblos como los visigodos y los suevos, que acabarían haciéndose con el control político.
  • La historia no se repite estrictamente, pero sí podemos aprender algo observando las crisis del pasado y los intentos de resolverlas. La emigración por el Mediterráneo vuelve a ser un tema principal, pero ahora llega hasta Europa occidental desde otras direcciones, desde Asia y África, y no está liderada, claro está, por caudillos victoriosos como Alarico el Godo o Genserico el Vándalo. Está espoleada, en parte, por el deseo de encontrar una vida mejor, pero junto a los emigrantes económicos vemos un número cada vez mayor de refugiados de la guerra y la destrucción. Muchos son miembros de grupos religiosos que sufren enormemente a manos de los islamistas radicales: cristianos sirios, yazidíes, coptos, musulmanes chiíes y un largo etcétera. Los últimos vestigios de convivencia mediterránea están siendo eliminados a medida que Siria se desgarra por las facciones rivales. Los movimientos más fanáticos han demostrado sentir tanto odio por los monumentos antiguos, los cementerios cristianos y los templos rivales como por la gente que venera a Dios de otra manera.
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