Putin defiende a Blatter frente a la investigación de EEUU
La trama de corrupción destapada en la FIFA tiene una conexión con los grandes bancos de Wall Street. Ese es precisamente uno de los detalles que llevó al Departamento de Justicia de Estados Unidos, al FBI y a la agencia tributaria estadounidense a actuar contra los directivos del organismo, acusados de hacer un uso ilícito del sistema financiero para blanquear dinero de los sobornos.
“Los imputados y sus conspiradores dependían enormemente del sistema financiero de EE UU para que la trama pudiera funcionar”, se puede leer en el amplio documento en el que se argumenta esta acción, mientras el presidente ruso, Vladimir Putin, acusa a EE UU de abusar de su poder en este caso, consciente de que el escándalo podría afectar a la celebración del Mundial de Fútbol en 2018 en su país.
La polémica en la FIFA amenaza así con convertirse en una crisis geopolítica importante, con el deporte como epicentro. Mientras el dirigente ruso mostraba así su apoyo a la gestión de Blatter, el primer ministro británico David Cameron pedía desde Downing Street la cabeza del presidente de la FIFA. Es más, se puso a rebufo de la acción judicial de EE UU para exigir una reforma de la FIFA.
Cuando allí por el mes de enero el príncipe jordano Alí Ben Husseinanunció su intención de presidir la FIFA, su candidatura se vio como una nota de exotismo y glamour en la anodina elección del máximo dirigente del fútbol mundial. Pocos le concedieron serias opciones de victoria. No en vano, su adversario, el veterano Joseph Blatter, gozaba de una tupida red de contactos fruto de sus 17 años al frente de la institución, asunto clave en una votación que se decide por el mercadeo de influencias y favores.
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