El curso que viene habrá 40.000
erasmus universitarios y de Formación Profesional Superior, igual que este año, pero la mayoría residirá en el extranjero la mitad del tiempo, porque no estudiarán los dos semestres sino uno. El Ministerio de Educación ha optado por reducir el tiempo de las estancias fuera para que su recorte presupuestario no deje a nadie sin beca.
Su presupuesto será de 18 millones, frente a los 34 gastados este curso, tras la partida adicional de 19 millones para los estudiantes que a mitad de su estancia supieron que no iban a recibir la ayuda. En cambio, lo destinado por Bruselas aumenta un 4,3% (2,2 millones), hasta 53,4 millones. En total hay 23,8 millones menos para la próxima edición.
La polémica de los erasmus desatada en noviembre, cuando los estudiantes supieron que se quedaban sin la beca a mitad de curso, enfrentó al Gobierno con Bruselas, porque desde España se insinuó además que iba a haber una reducción del dinero que llegaba de Europa. Se dijo que esa era la razón por la que se perderían 20.000 becas. Un portavoz comunitario llegó a tildar de “basura” las palabras del ministerio de José Ignacio Wert al tiempo que la Red ardía con las protestas de los becarios.
Según los datos del Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos (OAPEE) en el 2010-11 la media de estancia de las becas Erasmus de estudios —no de prácticas— fue de 6 meses en general, 7,5 meses en el caso de los españoles. Y al siguiente, para España, subió a 8 meses. “Casi todos los alumnos están fuera el año completo, son minoría los que se van un semestre. Lo que baja la media algo más es la FP Superior —menos del 10% de los becados— que consiste en prácticas de dos o tres meses”, cuenta Emilio García Prieto, ex director del OAPEE. “Nuestros alumnos no tienen un buen nivel de idiomas y cuando empiecen a soltarse es cuando van a tener que volver”, se lamenta. Las nuevas becas
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