viernes, 17 de enero de 2014

LAS PROTESTAS DE GAMONAL El alcalde de Burgos paraliza definitivamente las obras de Gamonal. ¡¡A sido un ejemplo para España!!!

Javier La calle toma esta decisión con el objetivo de mantener "la paz social"

El pleno municipal había aprobado seguir con la remodelacion

El regidor cambió de criterio tras hablar con Herrera, según fuentes del PP

 17 ENE 2014 - 21:11 CET
Las obras están paralizadas. De momento. Los vecinos del barrio de Gamonal (Burgos) impidieron hoy la reanudación de la reforma de la calle Vitoria, una de las arterias principales de la ciudad. Desde las 6.30 un grupo de unos 200 burgaleses salió a la calle para evitar que las máquinas entraran en la vía. Los habitantes de este barrio (con unas 30.000 viviendas) no quieren el bulevar ni el aparcamiento subterráneo que el Ayuntamiento comenzó a construir hace cinco días. Ni el frío (apenas cuatro grados) ni la presencia de la policía antidisturbios los detuvo. Al contrario: algunos bajaron chocolate caliente y pasta con tomate para resistir. A lo largo del día la gente se turnó para que siempre hubiese un piquete en la zona. Y consiguieron su objetivo. Las máquinas no entraron. Y esta noche, tras la manifestación por el barrio, los incidentes volvieron a las calles.

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Los burgaleses están motivados, eufóricos y enfurecidos. Por la mañana se volvieron a concentrar contra el bulevar. Más de 3.000 personas marcharon una vez más hacía la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía y de regreso a la zona cero, su punto de reunión en el cruce de la vía principal y la calle San Bruno: “Gamonal, no quiere bulevar”, coreaban. Por la noche, los incidentes se repitieron y grupos de jóvenes se enfrentaron a la policía (unas 200 personas), quemaron contenedores, cerraron las calles y arrojaron piedras contra las sucursales bancarias. Muchos vecinos también participaron en una cacerolada contra la policía.
Las noches de los últimos días también terminaron en violentos disturbios tras las manifestaciones. Cohetes, bombas de humo, basura tirada por doquier, cabinas de teléfonos y marquesinas de autobús destrozados, contenedores incendiados, enfrentamientos con la policía, 40 detenidos y sucursales de bancos despojadas, a pedradas, de sus cristales. Algunos de estos locales comenzaron este lunes a reparar los vidrios, pero nada les asegura que por la noche vuelvan a caer al suelo. Para unos, estos actos son una vergüenza; para otros, están completamente justificados. “No los aprobamos [los disturbios] pero son fruto de la desesperación. Hace dos meses que pedimos dialogar con el alcalde. Pero no nos recibe”, explica Raúl Salinero, concejal de IU.
José Damarco, jefe del gabinete de prensa del Ayuntamiento, explicó que, “por motivos de seguridad”, la empresa no reanudó por la mañana las obras pero confirmó que seguirán adelante con el proyecto. Los vecinos, sin embargo, no piensan rendirse: “Algo tendrá que hacer el alcalde, porque no nos vamos a mover”, explicaba Teodora Palacios, 61 años.

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