El Ayuntamiento de Barcelona ha suspendido las obras de derribo de lo que queda de Can Vies,
el centro ocupado desalojado el pasado lunes, como muestra de buena voluntad para retomar el diálogo con el colectivo
okupa. Esta era una de las peticiones que los vecinos del barrio
propusieron ayer al concejal del distrito de Sants, Jordi Martí, para intentar destensar la situación y reabrir el diálogo. A través de un comunicado, el Consistorio barcelonés ha informado que delimitará un perímetro de seguridad para evitar que en caso de que se produzca un desprendimiento pueda causar algún daño. "El Ayuntamiento mantiene su apuesta para encontrar una solución acordada y satisfactoria para todas las partes", dice el texto.
A pesar de este gesto, el colectivo no piensa negociar. En una rueda de prensa celebrada esta mañana, losokupas han dejado claro que "las negociaciones se rompieron cuando el Ayuntamiento ordenó el desalojo de Can Vies y empezó el derribo cuando todavía había gente en su interior", ha anunciado Pau Guerra, portavoz de la asamblea de Can Vies. La próxima convocatoria del colectivo, además de una nueva cacerolada prevista para esta noche, es el intento de reconstrucción de la finca, que empezará mañana a las diez.
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