Varios aficionados atienden a un seguidor del Nápoles herido por un disparo. 3 MAY 2014 - 23:46 C
El fútbol italiano se convirtió este sábado de nuevo en rehén de los
aficionados más violentos, tanto fuera como dentro de los estadios. En
las horas previas a la final de la Copa de Italia entre el Fiorentina y
el Nápoles (1-3 para los de Benitez) varios hinchas resultaron heridos
—uno de ellos muy grave tras recibir en el tórax un disparo de arma de
fuego—, un paseante fue apaleado con saña sin motivo aparente y los
encontronazos entre los partidarios de ambos equipos y la policía fueron
constantes. Pero luego, ya en el interior del estadio Olímpico de Roma y
ante la presencia de las más altas autoridades de la nación, la
situación se disparó hacia lo irracional: Marek Hamsik, el capitán del
Nápoles, se dirigió hacia la curva norte del estadio para negociar con
los cabecillas de los hinchas más radicales el inicio de la final. El
tipo que, encaramado a una valla, decidió que sí, que la final podía dar
comienzo, llevaba puesta una camiseta negra con la leyenda: “Speziale
libre”. Speziale es el apellido de uno de los dos condenados por el
asesinato del inspector de policía Filippo Raciti tras el partido entre
el Catania y el Palermo el 2 de febrero de 2007. La cuadratura perfecta
del círculo del sinsentido.
Las horas previas a la final de la Copa de Italia entre el Fiorentina
y el Nápoles se tiñeron de sangre cuando, en los alrededores del
estadio Olímpico de Roma, aparecieron grupos de jóvenes armados con
porras y con el rostro cubierto por cascos y pasamontañas. Uno de los
aficionados del Nápoles que resultó herido es un policía de 43 años de
edad que, libre de servicio, se dirigía junto a un amigo a presenciar la
final. Al pasar por el barrio de Tor di Quinto —en la zona norte de la
ciudad—, su vehículo fue rodeado por un grupo violento. El agente
resultó herido en la mano y su acompañante, de 30 años, en el pecho. Una
ambulancia lo trasladó al hospital Villa San Pietro en estado crítico.
Las informaciones, aunque muy confusas, hablan de al menos otro herido
más por disparos de pistola. Se trataría de un aficionado napolitano de
32 años alcanzado en el brazo y la muñeca. La policía, que encontró una
pistola en un jardín cercano, no descarta ninguna hipótesis, incluida la
de que el tiroteo se produjese por causas ajenas a la final de Copa.
Según algunos testigos, los agresores hablaban con acento romano, lo que
en principio ayudaría a descartar que se tratase de seguidores del
Fiorentina.
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