Los sindicatos, apoyados por el Partido Socialista y Verde, lanzaron esta iniciativa como una forma de contrarrestar la creciente desigualdad salarial en uno de los países más caros del mundo.
La Confederación Helvética forma parte de la minoría de países europeos que carece de una legislación que regule una remuneración mínima, como sí la tienen 21 de los 28 países de la Unión Europea -bloque al que Suiza no pertenece-, aunque a niveles muy inferiores al propuesto en el referéndum de hoy en Suiza. De haberse aprobado, esta remuneración mínima habría sido la más elevada del mundo.
Los gremios patronales y los partidos conservadores se oponían a la medida por considerar que perjudicaba justamente a los que pretendía proteger y alertaban de que provocaría la destrucción de empleos, un argumento que caló entre los votantes.
En la actualidad, un trabajador con un sueldo mínimo en Suiza cobra aproximadamente el doble que un británico. A pesar de esto, las autoridades suizas estiman que cerca de 1 de cada 10 trabajadores tiene dificultades para pagar la el alquiler de su vivienda aunque trabajen a tiempo completo, debido al alto coste de la vida en el país. El sueldo medio por hora en Suiza es de 33 francos suizos (27 euros).Las diferencias salariales han ocupado un destacado espacio en el debate público en los últimos meses, con la iniciativa de los jóvenes socialistas de limitar el salario de los directivos, que fue rechazada el pasado noviembre. El texto proponía que ningún directivo ganara 12 veces que cualquier otro asalariado de la empresa. Aun así, el resultado de hoy ha demostrado que los suizos son reacios a permitir al Estado que regule cuánto debe ganar un trabajador e imponer estas reglas a los pequeños y medianos empresarios, que generan dos de cada tres empleos en Suiza.
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